miércoles, 5 de agosto de 2009

Una decisión entusiasta

Salgo entusiasmado de mi trabajo. El sol del mediodía se pega a mi nuca y a mi espalda con ansia de tentáculo, cuando me dispongo a ponerme el casco. Lleva un par de días haciendo un calor especialmente fuerte y húmedo. Nada extraño. Lo propio de esta época del año. A las 14:00 h. la avenida de salida de Cádiz suele ser un hervidero de coches y autobuses tan atascados como desesperados por regresar a su destino. Opto por salir por el Paseo Marítimo que, aunque igual de lento, me ofrece el sugerente paisaje del mar y la playa atestada de veraneantes y visitantes que se encargan de recordarme muy mucho, que aun no estoy de vacaciones... La idea de coger las vacaciones casi en septiembre comienza a hacerse especialmente dura. Aun así, sigo entusiasmado. Salgo a la autovía y el aire cálido del mediodía, atrapado entre los suspiros negros de los autobuses, se vuelve algo más fresco por la velocidad. Me sigo recreando con el mar que me acompaña a ambos lados, enorme, permanente, estático... Y entonces me pregunto ¿por qué no? Llevo tiempo dándole vueltas a esa posibilidad, pero me impone y me refrena. ¿Me va demasiado grande? Pues en verdad creo que no. ¿Por qué no habría de poder? Vuelve a mi cabeza mi blog, en gran medida culpable de estas ocurrencias mías. De espejo y recipiente de mis emociones y reflexiones, se ha ido transformando poco a poco en una plataforma de ensayos, en la mesa de mis propias operaciones a corazón abierto y descubierto.... De las ideas que no expongo pero que guardo con celo para posponer con prudencia su alumbramiento. De lo que no escribo, que, muy probablemente, sea incluso más importante que lo que escribo. Y entonces decido: Voy a comenzar a escribir una historia. Será genial...!!! Inmediatamente, me acuerdo de mi conversación con Eva sobre la forma, estructura, mapa de personajes, sobre la importancia de responder a todas las 'w' que decía Espido Freire: what, where, when, who, why... No sabes cuánto te lo agradezco Eva!!! Me sorprendo a mi mismo hablando en voz alta sobre la idea. Me entusiasma. Me ilusiona tanto que, ante la perplejidad de más de un conductor, me pongo a cantar!!! Vuelvo a casa, en mi moto. Es verano, es mediodía y vuelvo cantando, porque he decidido comenzar a escribir... A ver qué pasa. Ya te contaré...

4 comentarios:

SofíA dijo...

A veces, una idea tímida que quiere materializarse, convertirse sueño, sólo necesita de un pequeño impulso para hacerse fuerte y cobrar vida. Me alegro de que ese impulso te haya alcanzado hoy de diversas formas: en la conversación con una buena amiga, mientras te las ideabas para llegar a casa, en el hambre de las tres de la tarde, al observar el tiempo de ocio de los veraneantes; la forma da igual…lo importante es que se te haya encendido esa “lucecita”.

Me alegro mucho por tu decisión, Carlos. Ya no sólo por el hecho de que vayas a escribir una novela, que no me cabe duda que será estupenda, si no por el entusiasmo y la ilusión que ello te aporta. Cuando me lo has contado parecías un niño con zapatos nuevos…y con un copazo de vino encima, jajajaj.

Seguro que las musas inspiran tus noches de páginas en blanco de principio a fin.

Mucha suerte en esta aventura. Estaré por aquí esperando leerla con impaciente cariño.

Mais um

SofíA

SofíA dijo...

...por cierto, el nombre de ilustre novelista y de postín ya lo tienes: "Álvarez-Ossorio". Nada que envidiarle a Pérez-Reverte, jajajaj. Estamos a la espera de tu capitán Alatriste particular...

Carlos Álvarez-Ossorio Fernández dijo...

Sofía: gracias por tu carñoso comentario. Verdaderamente estoy muy ilusionado con la idea, aunque no quiero atragantarme con un gran inicio. Quiero ir madurando la idea poco a poco. Jajajaja, muy bueno lo del apellido de escritor. Pues sí, ahora que lo dices, hay grandes escritores con apellidos que suenan peor, no?

Un beso,

if dijo...

;) genial!!!
besos,
if